¿Por qué Trump denuncia un fraude electoral? ¿Ha sido el Covid determinante en las elecciones? Analizamos las diversas lecturas de la comunicación política en Next Educación
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos han ocupado las portadas de periódicos, radios y televisiones de todo el mundo. El presidente Donald Trump se medía al candidato demócrata Joe Biden en unos comicios marcados por la pandemia del Covid-19. Crisis sanitaria que mermó los optimistas números de la economía norteamericana, que había crecido un 2,9% (PIB) en 2018, el mejor dato desde 2015. Encuestas de relevantes consultoras y prestigiosos medios de comunicación auguraban una aparentemente cómoda victoria de Biden pero, aun siendo el presidente más votado de la historia del país, Trump incrementó su electorado en más de cinco millones respecto al 2016. Joe Biden, ese candidato electo por el partido demócrata caracterizado – más que por su simpatía, liderazgo y dotes comunicativas – por no generar rechazo en prácticamente ningún sector del país, a diferencia de su antecesora Hilary Clinton. Una altísima participación que, por tanto provoca que nos preguntemos si la movilización demócrata ha surgido por el atractivo de Biden o por el afán de poner fin a la aventura de Trump en la Casa Blanca.
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Sin presidente – todavía – pero con caos a la vuelta de la esquina
Cerradas las urnas y sin el vaticinio de un claro presidente tras los primeros recuentos, Donald Trump compareció ante los medios para autoproclamarse justo vencedor y denunciar un fraude electoral. Un misil a la democracia, a las instituciones y a los millones de ciudadanos que habían ejercido su derecho a voto. Declaraciones sorprendentes para algunos y – lamentablemente – ordinarias para muchos otros, que nos dejan interesantes y diversas lecturas desde el punto de vista de la comunicación política. Todo ello frente a la atenta mirada del veterano Joe Biden que continuó optando por una postura sensata y presidencial.
¿Qué nos está comunicando Donald Trump?
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El poder es el poder
Uno de los primeros mensajes que nos traslada el republicano es que – bajo ningún concepto – está presto a renunciar a su poder. En palabras de nuestros alumnos y alumnas del Máster Universitario en Comunicación Política Avanzada, anticipando el fraude electoral está dispuesto a «crear caos social». Mientras que «lo único que no está dispuesto a perder es el poder», asegura Angélica Decamps. Bien es cierto que acusaciones de este estilo no son novedosas en el discurso de Trump. «Desde su primera elección, posiciona el ‘voto amañado’, para sostener, además, la idea de hombre exitoso», añade Rafael Castillo Santacruz.
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Miedo y desesperación
Otra de las sensaciones que nos transmite es el pánico. Ese «miedo ante una eventual e inminente derrota en los comicios», comenta Aníbal Ardón Silva. Y, sin lugar a dudas, la desesperación. Según Denisse Clavijo, «Trump se mostró como un presidente desesperado frente a los resultados del momento»; certificando al planeta que no conoce la palabra derrota y que, por ello, quiere ganar la elecciones «cueste lo que cueste». Sacando a relucir su virtud más egocentrista, no es una muestra más de su «desesperación frente al poder», añade Rafael Pinchao. «Según sus palabras lo obtendrá de cualquier manera, comentarios que ahora crean caos social en el país Norte Americano«.
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Efecto rebote y – probablemente – triste desenlace
Lorena Piñán va más allá, «su incredulidad frente al Covid, la misoginia, el desprecio hacia los latinos hoy pasan factura a Trump. Y la negación de su pérdida indica el clima tenso de su nefasta administración mundial». Una crisis global que grita a voces la unión de todos los países «al contrario de lo que hasta ahora el gobierno de Trump ha hecho», sentencia Natalia Zapata.
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