¿Han sido determinantes las redes sociales en las Elecciones USA 2020? ¿Y los debates electorales? Lo hemos analizado en Next con los expertos José Antonio Rodríguez Salas, Alan Schröeder y Manuel Campo Vidal.
«Lo que hemos vivido desde hace 4 años con Donald Trump no ha sido una presidencia, sino un programa de televisión», ha declarado Alan Schröeder, Profesor Investigador de Debates electorales, en el Foro Next. Un Simposio Internacional donde se ha analizado la influencia de las redes sociales y los debates electorales en la campaña presidencial de los Estados Unidos 2020 (Puedes ver el Foro en formacion.nexteducacion.com).
¿Han sido claves las redes sociales?
José Antonio Rodríguez Salas, experto mundial en medios sociales y diputado en el Congreso de España, ha recalcado la importancia de las plataformas digitales como receptoras de propaganda electoral. «La clave de una campaña electoral en redes sociales es estar en contacto con la realidad» y lo que se conoce como ‘visibilidad mutua’ porque, como ha asegurado, «tiene que haber interacción, ida y vuelta, para que se produzca el efecto del compromiso».
Herramientas que, por primera vez en la historia, «se convierten en jueces de la verdad». Un ejemplo de ello es la red social china Tik Tok, clave para la movilización joven demócrata. «Trump intentó bloquearla de cara a los comicios pero le hizo un favor a los demócratas, porque le dio visibilidad a la app, y los jóvenes – vitales para captar votos – comenzaron a usarla para cuestionar su gestión». Sin ir más lejos, «Joe Biden ha invertido 107 millones de dólares en publicidad de Facebook para las elecciones y Trump 110 millones; mientras que en Youtube han gastado 78 millones (Trump) y 80 (Biden)», añade.
Del mismo modo que en las últimas elecciones brasileñas, WhatsApp también ha tenido cierto protagonismo. Según Rodríguez Salas, el partido republicano utilizó una serie de licencias que «permitían enviar más de 40 mil mensajes al día a la población latina». En Estados Unidos, alrededor de 26 millones de latinos usan esta aplicación de mensajería instantánea como herramienta principal de comunicación.
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Donaciones
Las donaciones económicas son uno de los pilares fundamentales de las campañas electorales estadounidenses. Según datos del propio diputado, «el 98 por ciento de las donaciones que han recibido en las campañas han sido para Biden». Una gran parte provenientes de personajes tecnológicos como «el cofundador de Facebook, con una aportación de 28 millones de dólares; o un consejero de Netflix, con 5 millones».
La desinformación: la cuenta pendiente
Comicios marcados por la desinformación, una de las armas más utilizadas en las campañas electorales modernas. Según datos de Rodríguez Salas, «el tráfico de desinformación en Facebook ha aumentado un 102% respecto a las elecciones de 2016″. A diferencia de entonces, las redes sociales han reforzado sus sistemas de verificación de la información para luchar contra las fake news. «Twitter no ha permitido que ningún candidato hiciera publicidad en su red social para evitar la polarización política, a pesar de la pérdida de inversión económica». Se han censurado, incluso, mensajes del propio presidente norte americano. “En Twitter, 11 mensajes de 33 – un tercio – han sido censurados por reflejar odio y cuestionar el sistema americano”, ha señalado el también docente del Máster Universitario en Comunicación Política Avanzada de Next.
«Youtube ha eliminado vídeos falsos como el de Trump donde se declaraba vencedor de las elecciones», ha recalcado el Dr. Manuel Campo Vidal, periodista y presidente de Next Educación. De hecho, «cada día de su mandato daba más de 14 noticias falsas». Situación que ha provocado que importantes cadenas televisivas cortaran la emisión cuando denunció fraude electoral y atentó contra las instituciones en una de sus comparecencias.
Lamentablemente, el impacto de una noticia falsa desmentida es inmensamente menor que la de la propia fake new. ¿Por qué? En palabras de Rodríguez Salas, «cuando se desmiente una mentira, el distribuidor sigue creyendo que es cierta porque crea un vínculo emocional».
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El fenómeno Trump vs. el Biden más presidencial
«Lo que ha pasado durante la época de Trump ha sido una época de caudillismo, no militar, sino mediático», ha afirmado Alan Schröeder. En términos de influencia global, «Trump es una presencia tan inmensa que ni quien no quiere escucharle puede escaparse», por lo que probablemente tenga una carrera post-presidencial cuyo papel es «ser víctima».
Su última lección es que son frágiles las instituciones democráticas. Para Schröeder, profesor también de Next Educación: «Hemos visto que es posible romper un sistema». En cambio, el candidato demócrata «se ha comportado en todo momento como si fuera el presidente». Una compostura que celebra la Unión Europea y que contrasta especialmente con Trump, puesto que «ha transmitido tranquilidad, lo que necesita el pueblo americano», como ha señalado Campo Vidal. Y es que la victoria de Biden abre de nuevo las puertas de las alianzas entre Europa y USA. En palabras del Dr. Manuel Campo Vidal, «La UE tiene en el demócrata una posibilidad de jugar en la escena internacional y, al mismo tiempo, Biden espera que la UE juegue con USA para contener el poder de China».
Todo ello, en torno a unos comicios que han registrado una de las mayores participaciones de la historia estadounidense. ¿La clave? La movilización joven. «Trump ha conseguido que por primera vez los jóvenes hayan ido a votar», ha asegurado Rodríguez Salas. A lo que Schröeder ha añadido que «por fin, los jóvenes reconocen que USA cambia muy rápidamente y que el futuro les pertenece». Un país en el que «el futuro importa más que el pasado». También – cómo no – han sido determinantes las redes sociales, especialmente para el voto por correo. Según datos de Rodríguez Salas, por esta vía, «han conseguido motivar a 100 millones de personas para votar y no quedarse en casa».
Los debates electorales
En dos ocasiones se han visto las caras Joe Biden y Donald Trump para debatir sobre sus candidaturas. Un tercer debate finalmente se aplazó debido a la enfermedad del propio Trump, quien cayó contagiado de la Covid-19 junto a varios miembros de su equipo. De hecho, tuvo la posibilidad de utilizar su enfermedad para atraer a votantes y establecer una conexión con quienes habían perdido familiares y amigos, pero no lo hizo. Según Schröeder, «fue un gran error estratégico político».
El primer debate nos dejó a un Trump que olvidó su cargo de presidente y optó por atacar, como en 2016. «Fue desastroso, tan inmaduro que ni a sus propios simpatizantes les gustó», ha señalado el profesor. Biden, por su parte, resistió. En el segundo, Trump realizó un giro de 180 grados a su estrategia. «Había escuchado a sus asesores porque no fue tan agresivo».
Los debates continúan siendo muy importantes, a pesar de no haber tenido mucha influencia en la decisión de voto porque – como ha señalado Campo Vidal, director y moderador de debates electorales – «no había un gran porcentaje de indecisos». Schröeder los identifica «como aquel momento en el que los ciudadanos miran el televisor por la misma causa». Y así lo demuestran las cifras de audiencia, con más de 73 millones de personas en uno de ellos.
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