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Castells: “Las residencias se convirtieron en Europa en campos de la muerte durante la pandemia»

Manuel Castells en entrevista con Manuel Campo Vidal

En un encuentro con el periodista Manuel Campo Vidal, Manuel Castells ha reflexionado sobre el futuro de la humanidad tras la crisis sanitaria del Covid-19, destacando la digitalización y el sistema de salud público como algunas de las prioridades del nuevo mundo pos-Covid-19.

Desde hace años, el profesor Manuel Castells ha mantenido conversaciones globales en momentos decisivos con el periodista Manuel Campo Vidal, que fue su alumno en París. La primera, en Silicon Valley, en 1989, cuando se produjo la matanza de Tiananmen; después en la Cadena Ser durante la guerra de Irak de 1991; “empieza esta noche”, le dijo entonces el sociólogo al periodista, “cinco horas antes” de que comenzara la lluvia de bombas sobre Bagdad. Más tarde, en la crisis de 2008. Ahora, en la pandemia de la Covid19, Campo Vidal le pregunta a Manuel Castells si la humanidad puede construir un mundo nuevo.

“Puedo decir que el mundo no va a ser tal y como lo hemos conocido hasta esta pandemia. Será otro mundo”, ha afirmado el sociólogo, recalcando la digitalización, sin la cual en estos tiempos “no habría funcionado nada”. El teletrabajo y la construcción de un sistema de salud sólido son los primeros reflejos de esa nueva realidad que empezamos a conocer ahora: “Sin eso estaremos siempre en riesgo, y no solo en el país que no lo tenga sino en todos los demás países, por la interconexión”.

[Vuelve a ver la entrevista pinchando aquí]

Es precisamente esa globalización, como ha comentado Castells, la que, además de haber traído aspectos positivos como la enseñanza global o los movimientos por los derechos humanos y los principios democráticos en todo el planeta, ha venido acompañada de “sucesos dañinos para la especie humana” como lo fue en su momento la crisis financiera de 2008 y ahora esta pandemia. Centralizada en un principio en la ciudad china de Wuhan, ha terminado por llegar a todos los rincones del mundo.

“África es, desgraciadamente, la gran tragedia que vamos a vivir en los próximos meses. Y ya lo tenemos en nuestra América Latina. Está en todas partes, es una pandemia global porque hay circuitos globales de conexión de viajes, de mercancías. Hay una enorme masa de turismo que se desplaza constantemente. Y contactos de negocio que en su mayor parte se podrían hacer por videoconferencia”, ha indicado el intelectual en esta entrevista con Campo Vidal.

Tensión entre China y Estados Unidos

En relación a la llamada guerra comercial generada entre China y Estados Unidos antes de la batalla sobre el origen de este virus, Castells, doctor “honoris causa” por 23 universidades, opina que en el país norteamericano “siempre ha habido un complejo imperial de dominar porque ‘somos el mundo libre’, pero al mismo tiempo “China emerge como una enorme potencia comercial y gran capacidad de innovación”. Mientras el gigante asiático gana la competición comercial y tecnológica, “Estados Unidos se resiste a ver que ya no están solos en esa dominación”.

En este sentido, Castells ha señalado que, más allá de los avances tecnológicos, aún no siendo una democracia, y a pesar de que todavía no se conoce cómo se transmitió el virus de los animales a los humanos, China “ha demostrado una capacidad organizativa, una disciplina real de la población en el confinamiento, que ha permitido contener la pandemia en tres meses, en contraste total con muchos otros países y, sobre todo, con Estados Unidos”.

La respuesta de la Unión Europea en contraposición con otros países

Sobre la posibilidad de que el continente europeo se fraccione a raíz de esta grave crisis sanitaria, el sociólogo cree que “había más peligro de desintegración hace cinco años” y que ahora Europa “está mostrando, por fin, una cierta reacción, con proyectos y mentalidades influyentes”. Este hecho se ve reflejado en acciones como las que está tomando el Banco Central Europeo con el visto bueno de países como Alemania, Francia, España o Italia, “que han conseguido conformar un bloque proeuropeo teniendo muy claro que hay que ayudar cuando un país se cae porque si no se caen todos. Hay un movimiento de europeización para salvarnos juntos, porque separados no es posible”.

En contraposición a la reacción de los líderes europeos, Castells ha indicado que, en un mundo en el que “las redes sociales son mucho más importantes que los medios de comunicación en su poder para mover corrientes de opinión”, son muy peligrosos casos como los de Bolsonaro o Trump, caracterizados por una “demagogia sofisticada y trabajada sobre la inyección de ignorancia, prejuicios y actitudes primitivas en una parte de la población”. “Los países saben cuál ha sido el coste de cerrar la economía y encerrar a las personas. Y ninguno de estos líderes ha querido pagar el precio económico para salvar vidas humanas”, ha añadido.

A este factor se ha sumado en Estados Unidos el hecho de que “ser negro es, por definición, una circunstancia agravante de cualquier cosa”, recalcando Castells que “la pandemia en EEUU ha creado un nivel de injusticia racial impresionante”, algo que probablemente cambiará el futuro político del país.

El papel de los mayores, las mujeres y los jóvenes en el mundo que viene

El ganador de un Premio Holberg ve a las mujeres y los jóvenes como los dos elementos de esperanza del mundo pos-Covid-19  “porque están abiertos a la experimentación y tienen valores de solidaridad” y señala que “la pandemia ha profundizado un cambio que ya venía acentuándose, con un nivel de conciencia emergente de las mujeres de todo el mundo pidiendo capacidad de reorganizar un sistema que no le va a nadie”. A ello se suma, dice, un elemento trágico al mostrarse “los límites del modelo de ruptura de la solidaridad intergeneracional”.

Según Castells, esa ruptura también se ha visto reflejada en el abandono a los mayores, uno de los grupos que más ha pagado los efectos sociales y psicológicos de la pandemia. “En Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España, las residencias públicas y, sobre todo, las privadas, se convirtieron en campos de la muerte porque los abandonaron y además les dijeron que no podían ir a los hospitales. Es como en la guerra”, ha declarado.

Para poner fin a este desastre, como lo ha denominado Campo Vidal, el intelectual cree que “habrá que restablecer lazos intergeneracionales, que a nivel afectivo existen porque los abuelos y los nietos se quieren. Sin embargo, para ello habrá que hacer frente a un “sistema que hemos construido” en el que “la individualización y la comercialización del cuidado de los viejos y dejando solas a las familias con el problema se ha convertido en el horror que estamos viviendo”, ha concluido.

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