Uno de los principales propósitos de todo emprendedor es generar ventas y, con ello, ganancias. Para que ese negocio tenga éxito es fundamental que estos dominen los conceptos básicos sobre finanzas y contabilidad.
El crecimiento de las empresas se puede medir de muchas formas pero, sin duda, las finanzas constituyen la principal herramienta a través de la cual el empresario conoce y controla todo lo relativo a la contabilidad de su negocio.
Las matemáticas, la estadística o los indicadores económicos aplicados a los negocios pueden convertirse en materias clave en la toma de decisiones y el control gerencial. Por ello, y aunque el emprendedor no tiene por qué ser un especialista en finanzas, sí es recomendable que entienda la información numérica relativa a su empresa.
Pese a que habitualmente quienes regentan una organización contratan a expertos que se hagan a cargo de la actividad financiera de la entidad, el empresario debe dominar los conceptos básicos para exigir a estos profesionales información de calidad.
Muchos de los errores que comenten los empresarios tienen que ver, precisamente, con esa falta de conocimiento en la gestión de las finanzas. Uno de los más comunes es dar el salto al emprendimiento sin tener un colchón financiero, lo que probablemente lleva al fracaso y a la quiebra a muchas empresas recién nacidas.
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Otra de las tendencias que se da entre algunos emprendedores es que no diferencian de forma clara, desde un principio, las cuentas de la empresa con la cuenta personal, corriendo así el riesgo de que si la segunda no va bien, la primera se hunda y viceversa.
Establecer una separación entre ambas no es sinónimo de que el empresario piense solo en el éxito de sus finanzas de negocio y deje de lado las personales. Desde el punto de vista corporativo, esto pasa por encontrar fórmulas como las Sociedades Limitadas que limiten tu responsabilidad como persona y separen el patrimonio empresarial del privado.
En definitiva, el éxito de una empresa es directamente proporcional a la manera en que esta se gestiona, también en la parte económica. Por ello, es esencial que quienes hayan puesto en marcha una idea empresarial deben tener conocimientos sobre finanzas y contabilidad.