Instituciones, empresas, asociaciones… Las corporaciones ya se han rendido a las posibilidades que ofrece la minería de datos para conocer mejor a sus clientes o mejorar su nivel de producción. Ahora, finanzas y Big Data se unen para ahorrar en las organizaciones.
Cada vez son más los responsables de finanzas que deciden apoyarse en herramientas de Big Data y analítica de información para ser más eficientes en el balance de gastos e ingresos. En el ámbito empresarial, la reducción de costes constituye un elemento fundamental para garantizar la sostenibilidad y el éxito de cualquier organización.
El director financiero de la empresa es el responsable de esta gestión y quien analiza todos los procesos de la organización para detectar áreas de mejora donde recortar gastos o implementar mecanismos que abaraten los costes generales de la entidad. Este abaratamiento se debe hacer sin que afecte a la rentabilidad de las empresas ni a la calidad de sus productos.
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Para ello, los datos son una fuente de oportunidad y la fórmula que se utiliza sencilla. La clave está en identificar qué servicios o productos se pueden eliminar o disminuir sin que la rentabilidad de la empresa se vea afectada. Así, hay que elaborar un plan general de costes de reducción, así como un análisis de su área funcional sin que la organización se vea perjudicada.
Para su consecución, se ponen en marcha diferentes métodos de seguimiento y de control del plan de ahorro de gastos utilizando también herramientas como la Inteligencia Empresarial o Business Intelligence. Esta incorpora toda aquella información estratégica y analítica que una empresa predice y monitorea para facilitar la toma de decisiones.
Más de la mitad del gasto tecnológico en una organización de gran tamaño está vinculada con el dato de forma directa. El Big Data permitirá que se realicen posibles actos de mejora y que se evalúen los impactos. Además, servirá para analizar aspectos críticos que pueden ayudar a la reducción efectiva sin que conlleve el empeoramiento de la calidad o para detectar posibles riesgos en el plan.
Con la alianza de finanzas y Big Data se pueden, en definitiva, reducir gastos directos e indirectos en la gestión del negocio e incluso en el servicio que se presta a los clientes. En otros departamentos como el de Recursos Humanos, los datos se aprovecharán para reducir los plazos y costes de reclutamiento, predecir las futuras necesidades de contratación o retener el talento.