ESTEBAN ECHAVARRÍA. *Profesor de Next Educación en el Máster en Economía Verde y ganador del premio al mejor artículo de investigación de la revista Ganar Ganar). En muchas familias hemos visto como los jóvenes, los niños y las mujeres están llevando la peor parte en este confinamiento al que nos ha forzado la pandemia. Si bien no podemos culpar a nadie en particular por el surgimiento de este nuevo virus, que se convirtió en pandemia en menos de 3 meses a partir de su aparición, sí tenemos que reconocer que el mundo no se había preparado lo suficientemente para hacer frente a este desafío ni en el ámbito escolar ni en el terreno laboral, ni el ambiente familiar. El impacto ha sido en todas las áreas, empezando por la pérdida de millones de vidas, de decenas de millones de empleos y de incontables pequeños negocios familiares. También afectó a millones de niños por causa de la suspensión de muchos meses de educación en las escuelas y colegios en todo el mundo. Finalmente nos afectó en la salud mental de millones de personas que han vivido duros momentos de angustia, estrés y ansiedad por el COVID-19.