Los indicadores clave de resultados (Key Performance Indicators – KPI) miden la progresión de los factores clave de éxito de la empresa FCE y de sus unidades y alimentan los dashboards y el Cuadro de Mando Integral. Son parámetros que, en su conjunto, miden eficazmente el desempeño y la situación de la compañía. Por ejemplo, los KPI de una compañía de suministro eléctrico incluyen la tasa de disponibilidad de la red expresada en el porcentaje de tiempo que ha estado operativa, para medir la calidad de su servicio.
Los KPI miden la salud de la empresa
Ayudan a decidir lo que hay que hacer bien y a controlar los resultados, comparándolos con una referencia. Son específicos de la circunstancia y las actividades de cada empresa concreta. Cada estrategia exige sus FCE y, por lo tanto, sus KPI. Identificar correctamente los FCE relevantes ayudan, por lo tanto, a elegir los KPI.
La utilidad de los Key Performance Indicators
Miden el desempeño en la gestión operativa (la satisfacción del cliente); son adelantados porque explican los indicadores financieros futuros (la productividad); son más causales que de resultados (la tasa de reclamaciones vs la rentabilidad); dependen del trabajo de un equipo concreto (la calidad); deben controlarse con frecuencia, incluso en tiempo real (la ocupación de un hotel); alinean la acción de manera directa con la estrategia (la puntualidad de la entrega) y se comparan con una referencia (sul objetivo).
Su naturaleza y su número
Hay quien opina que los KPI pueden ser financieros y no financieros. Para otros son solo no financieros. El número de KPI debe limitarse a los clave. Aunque es difícil fijar el número, las propuestas los sitúan por debajo de diez para una unidad de negocio, para centrarse en lo importante. También conviene fijar un rango para los objetivos de un KPI y no un valor único. El objetivo es que avise cuándo se sale de la normalidad y que esta alerta obligue a actuar.
Un ejemplo relevante
Para un fabricante de paneles solares un KPI clave de su producto es el coste por watio generado. Este ratio se descompone en otros dos: el coste de fabricación del panel (coste por m2) y la eficiencia en la generación de electricidad del panel (watios generados por m2):
Coste por watio = coste del panel por m2 / watios por m2
El primer factor del segundo término mide la eficiencia del proceso de producir el panel y depende de la economía de escala, la curva de experiencia, los materiales y la automatización. El segundo mide la eficiencia del proceso de generación de electricidad, que depende de aspectos como la innovación, el diseño y los materiales.
Un buen resumen que ilustra cómo el KPI debe hablar casi por sí mismo para ayudar a decidir lo que hay que hacer.
Dr. Juan Pérez-Carballo
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