MANUEL RAMOS. Diversos medios de comunicación están propiciando un debate sobre las palabras pronunciadas en Soria por parte del responsable de la Cátedra de Reto Demográfico y Despoblación de Next Educación, Dr. Manuel Campo Vidal durante su intervención en Presura, la Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural. «El consenso de Soria» es el artículo de Emilio Barco Royo, profesor de la Universidad de La Rioja, donde se pregunta: «la feria Presura, en Soria, ha escenificado el consenso que genera la despoblación. Pero, ¿se traducirá en un cambio real para el medio rural?. Leo en el «Diario del Alto Aragón», del domingo 30 de mayo el artículo de Manuel Campo Vidal, “Sólo la España despoblada genera consenso”. Resume su visión de lo acontecido en la feria Presura, celebrada en Soria el día 28, con la participación de veinticinco políticos, incluidos el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición. Campo Vidal presentó allí su libro “La España despoblada: crónica de emigración, abandono y esperanza”.
Y parafrasea al responsable de Next Educación: “Admirable. Estar allí para ver, y ver para creer” porque allí, se reforzó “la esperanza de que algo va a cambiar muy pronto en la España rural”. Para el autor del artículo, esta sería la conclusión tras “cinco horas largas de palabras relativamente coincidentes o complementarias”. Y el profesor añade: «¡Bendito sea el aburrimiento fruto del consenso para la salvación del mundo rural! ¡Aleluya! Utilizo estos términos religiosos porque como ese día no estuve en Soria y no vi, necesito la fe para creer».
Emilio Barco Royo añade: «Como ya les conté en El Diario Rural, en el artículo “España no es Escocia ¿o sí?”, me despreocupé parcialmente del despoblamiento y sus remedios a finales del mes de noviembre de 2019 cuando este hombre, Campo Vidal, me pareció que se echaba el problema a sus espaldas al decir, en el foro “Soluciones inteligentes contra la despoblación” celebrado en Lugo, que estaba allí para mostrar que está “inmerso en la cruzada de buscar soluciones para la sangría demográfica” y a pregunta del periodista acerca de esta cruzada respondió: “Yo soy hijo de la España vaciada. Lo voy a poner en mi currículo”. Dijo también, “Es fundamental que se produzca una gran alianza de todos los Gobiernos de todas las Administraciones…”. Una pandemia después, ¡conseguido! ¿Y ahora qué? A gastar los diez mil millones de euros del maná europeo que nos llega con muchos años de retraso (que se lo pregunten al expresidente Rodríguez Zapatero, que también participó en el consenso de Soria)». Y concluye: «Al trillar se verá el trigo, decían los campesinos, cuando les hablaban de la esperanza de la cosecha. Cuando empiece la trilla de la cosecha que vislumbró Campo Vidal, a finales de mayo, el consenso de Soria tendrá que soportar varias pruebas de esfuerzo para demostrar que es consistente, como el trigo duro».
Por su parte, Daniel Caro publicaba en «La Gaceta de Salamanca» su artículo titulado «Presente» en el que se quejaba de «demasiada atomización. Demasiadas problemáticas particularistas. Teniendo el elemento, el punto, el nudo, que podría aunar todas esas demandas, no podemos perder esta oportunidad». Caro cree que «se hace necesaria una articulación», llama «gurú de la causa» al responsable de Next Educación, pero sugiere que no se aglutine el movimiento solo en torno «a la figura de Campo Vidal, que se ha personado», y al que le pide que «genere las soluciones que nos merecemos. Que señale el problema real de todo esto. Que revierta ese sentimiento de inferioridad que nos ataca por ser rurales o provincianos. Que nuestra despoblación, sea una oportunidad. Que haga de nuestros desiertos oasis. Que, con lo mal comunicados que estamos, no podemos perder también este tren».
Y concluye: «Me perdonará el lector si me pongo intenso, pero este tema es de esos que duelen. El pasado martes se presentaba en el Congreso el Modelo de desarrollo de la España vaciada. Un proyecto en el que más de 180 plataformas recogían sus demandas para contrarrestar ese abandono institucional que afecta a la mayor parte del territorio de nuestro país, incluida Salamanca y con Castilla y con León como referentes. El proyecto promueve una serie de medidas, desde el fomento de la economía circular, hasta la descentralización de la atención sanitaria especializada, pasando por deslocalizar las universidades, la construcción de vivienda pública o bonificaciones fiscales tanto para particulares como para empresas, con la máxima “100/30/30”: 100 megas de conexión a internet; 30 minutos a servicios públicos básicos; y 30 minutos a la autovía más próxima. En el documento, se habla de una España polarizada. Pero no de esa polarización de la que se habla en las tertulias políticas, sino una polarización como concepto definido. De un lado, tenemos una España de grandes urbes y plazas de costa, llena, con prosperidad, con desarrollo, con presente y con futuro. Y del otro, esa España que se ha venido llamando vaciada, en la que plantearse un proyecto de vida se convierte en algo casi inviable en términos sociales, económicos y demográficos. El problema no es nuevo, pero ya era hora de ponerlo sobre la mesa».